Jesús usó las parábolas para que personas de diversas edades y niveles de educación entendieran el mensaje de salvación. Esto quiere decir que no necesitamos un grado en teología o estudios especializados para comprender el mensaje. Lo que debemos hacer es:
Leer las parábolas en su contexto
Esto quiere decir, leer los versículos antes y después. De preferencia, comenzar al comienzo del capítulo.
Muchos quieren analizar un solo versículo, pero ignoran qué es lo que ocurrió en el momento, a quién le hablaba Jesús y por qué dijo esas palabras. Pero esa clase de análisis no provee la información necesaria, ya que muchas parábolas fueron la respuesta de Jesús hacia sus discípulos.
Comparar con otros libros
Hay parábolas que se mencionan en otros Evangelios. Si ese es el caso, lo mejor es leer las diferentes versiones de la misma historia. De esa manera podremos comparar y complementar el mensaje.
Ten en cuenta la cultura y la sociedad de aquel entonces
Jesús usó ejemplos de la vida cotidiana, elementos que las personas de la época podían entender (por ejemplo: una lámpara de aceite, un sembrador, un sirviente, una semilla de mostaza, etc.). Así que cuando leas las parábolas, ten en cuenta la cultura y sociedad.
Fíjate en los finales
No todas las parábolas de Jesús fueron historias de personajes y sus ocurrencias, sino que hay otras que son más cortas y tienen el propósito de ilustrar un punto. Para comprender mejor el significado de las parábolas largas de Jesús, presta atención a los finales. A menudo, Él usaba los finales para hacer énfasis en algo y dar espacio para que la audiencia medite en ella.
No todo tiene un significado
Hay personas que buscan significado hasta en los detalles mínimos de las parábolas. Sin embargo, hay parábolas que tienen un mensaje claro. Jesús mismo se explayó después para aclarar las dudas de los discípulos, cuando ellos no habían entendido bien.
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